A pesar de su rica contribución cultural, a menudo enfrentan desafíos financieros significativos al intentar financiar y recaudar fondos para sus actividades. Una de las principales dificultades radica en la falta de apoyo económico institucional. Muchos de estos grupos no reciben suficiente respaldo financiero de entidades gubernamentales o culturales, lo que limita sus posibilidades de desarrollo y presentación.
Además, la naturaleza misma de las presentaciones folklóricas puede generar costos considerables. Los trajes auténticos, los accesorios y la música en vivo son elementos esenciales para preservar la autenticidad de las actuaciones, pero también representan una carga financiera para los grupos. La necesidad de ensayos frecuentes y la movilidad para participar en eventos y festivales también implica costos adicionales, desde el transporte hasta la estadía.
La falta de visibilidad y reconocimiento a menudo se traduce en dificultades para atraer patrocinadores o donantes. A diferencia de formas de entretenimiento más comerciales, los grupos de danzas folklóricas pueden pasar desapercibidos, lo que dificulta la generación de ingresos a través de la venta de boletos o la participación en eventos pagados.
De esta manera surge esta idea de una tienda colaborativa
Los productos no se venden sin tener un benefactor.
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